lunes, 4 de octubre de 2010

de TANGENTES E INTERSECCIONES: Helnwein, Shiele, Trackl, Klimt, El elemento del crimen, Medievo, San Agustín.



de TANGENTES E INTERSECCIONES: Helnwein, Shiele, Trackl, Klimt, El elemento del crimen, Medievo, San Agustín.



*Figura en 7 movientos: "Se mata a un niño".





*imagen Gottfried Helnwein.


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“…sólo se vive y se habla matando en sí (en los demás también) al infans. Pero ¿qué es el infans? Obviamente, aquello que no ha comenzado a hablar y nunca hablará, pero, antes que nada, el niño maravilloso (terrorífico) que fuimos en los sueños y los deseos de quienes nos hicieron y nos vieron nacer (los padres, toda la sociedad).”

(…)

“Se mata a un niño”. Ese título, en lo que tiene de fuerza indecisa, es el que, en definitiva, ha de reconocerse. No soy yo quien tiene que matar y siempre matar al infans que fui como en primer término y cuando no era todavía sino en los sueños, los deseos y lo imaginario de algunos, y luego de todos. Hay muerte y asesinato (desafío a quien sea que logre diferenciar seriamente estas palabras y, sin embargo, hay que separarlas); de esta muerte y este asesinato ha de responder el “uno” impersonal, inactivo e irresponsable –y, asimismo, el niño es un niño, siempre indeterminado y sin relación con nadie. De una muerte mortífera se muere un niño ya muerto de quien no sabemos nada, aun cuando lo calificamos de maravilloso, terrorífico, tiránico o indestructible: tan sólo sabemos que la posibilidad del habla y de la vida depende, por la muerte y el asesinato, de la relación de singularidad que se entabla ficticiamente con un pasado mudo, anterior a la historia, por consiguiente fuera de pasado, del cual se vuelve figura el infans eterno, al tiempo que se oculta en él. “Se mata a un niño”. No nos engañemos respecto de este presente: significa que la operación no puede tener lugar de una vez para siempre, que no se cumple en ningún momento privilegiado del tiempo, que se produce sin poder producirse, de tal modo que sólo tiende a ser el tiempo mismo que destruye (oblitera) el tiempo, obliteración y destrucción o don que siempre se ha revelado en la precesión de un Decir extradicho, habla de escritura por la cual esta obliteración, lejos de obliterarse a su vez, se perpetúa sin término hasta dentro de la interrupción que constituye su sello.”

LA ESCRITURA DEL DESASTRE, Maurice Blanchot.


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*imagen Egon Shiele.


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“Y habló una voz tenebrosa desde mí mismo: a mi caballo negro rompí la nuca en el bosque nocturno, cuando la locura brotó de sus ojos purpúreos; las sombras de los olmos cayeron sobre mí, la risa azul del manantial y la negra frescura de la noche, mientras yo, un cazador desenfrenado, perseguía una presa de nieve; en pétreo infierno se abismó mi rostro.
(…)
Con sendas plateadas bajé los espinosos peldaños y penetré en el aposento encalado. Silenciosamente ardía allí una palmatoria y mudo oculté entre lienzos purpúreos la cabeza; y arrojó la tierra un infantil cadáver, una imagen lunar, que lentamente salió de mi sombra, con brazos quebrantados cayó a causa de pétrea caída, como copiosa nieve.”

REVELACION Y CAÍDA, George Trackl.


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*imagen Gustav Klimt.


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Doce


Celan las murallas

El lenguaje del suelo-
Y acallan
Ceremoniales artesanos-
HERETICOS-
Son Niños de Piedra-
Parecen
Libertinos o crueles-
Potencian su ocio
Junto a la cruz-
ALGUIEN DEBE SER ODIADO-

MEDIEVO, Antonio López Medinilla.



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*fotograma EL ELEMENTO DEL CRIMEN (1984), Lars Von Triers


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LOS SOLILOQUIOS, San Agustín
Traducción del P. Victorino Capánaga OAR


LIBRO PRIMERO
CAPÍTULO I
plegaria a dios

"1. Andando yo largo tiempo ocupado en muchos y diversos problemas, y tratando con empeño durante muchos días de conocerme a mí mismo, lo que debo hacer y qué he de evitar, de improviso vínome una voz, no sé si de mí mismo o de otro, desde fuera o dentro (porque esto mismo es lo que principalmente quiero esclarecer); díjome, pues, aquella voz:
Razón.-Suponte que has hallado ya alguna verdad: ¿A quién la encomendarás para seguir adelante?
Agustín.-A la memoria.
R.-¿Pero es bastante segura para retener fielmente tus reflexiones?
A.-Un poco difícil me parece, o más bien, imposible.
R.-Luego es necesario escribir. Mas ¿qué te ocurre, que por tu salud andas reacio para el trabajo de escribir? Estas cosas no pueden dictarse, porque requieren completa soledad.
A.-Verdad dices. Perplejo estoy sobre lo que debo hacer."


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*fotograma EL ELEMENTO DEL CRIMEN (1984), Lars Von Triers.


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de TANGENTES E INTERSECCIONES,
por ANTONIO LÓPEZ MEDINILLA.


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